Entrevistas

Conversación con Nazario

NAZARIO LUQUE (Castilleja del Campo, Sevilla, 1944). Vive actualmente en Barcelona.

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Muñeca sobre cojines de manila. Nazario Luque/ Barcelona

El seis de septiembre estuvimos con Nazario (Luque), dibujante de cómics, pintor, fotógrafo voyeur, provocador irredento y escritor. El escenario donde se desarrollMontse, Ocaña y Nazarioó la conversación fue en la Plaza Real de Barcelona. Unas horas de charla que dieron para mucho. Einstein decía que el peligro que habita en el mundo está alentado, no por los que hacen el mal, sino por aquellos que se sientan a ver qué pasa. Nazario es culo de mal asiento y siempre afiló su lengua contra una sociedad conformista y la hipocresía, aunque le costara el escarnio y la marginación por parte de los de siempre, esos que miran desde el banco pasar la vida. Pero hay muchos que le admiran por su vasta obra (desde sus inicios en el grupo El Rrollo) y por su participación junto con Ocaña, Camilo, Mariscal, Pepe Ribas, Quim Monzó y otros, en lo que fue la contracultura barcelonesa nacida en los setenta. Anarcoma, su detective travesti, es ya un personaje de culto que se deja devorar por lo convulso del deseo. 

El dogma y la mantilla

Un pueblo de 400 habitantes, para mí, era una cárcel, pero no por ser gay, sino por ser intelectual, por ser un soñador, tener una fantasía, por tener todo un mundo que me gustaba: exposiciones, museos,… Sabía que había un mundo que no estaba allí. Lo único que soñé toda mi vida era salir de allí para ver ese mundo. Desde los diez años, cuando iba a Sevilla, que me llevaba mi madre al médico, quedaba extasiado viendo la gente y la ciudad. Cada vez tenía más ese deseo; por ser homosexual no, porque, pese a mantener relaciones sexuales con otros niños a los ocho o diez años, era una cosa edénica. Yo no tenía concepto de culpa; nosotros follábamos, como, por ejemplo, en un momento dado voy con un amigo y nos follamos una cabra y no tengo ni puta idea de lo que es la zoofilia. Follábamos simplemente porque era divertido y nos daba placer, pero nada más; y llega el momento en que sientes culpa, que ya cuando te meten los curas aquello y tú te vas comiendo el coco y te sientes fatal.

Yo estoy en el colegio y a mí me llegan a gustar los hombres, pero no pienso en ellos como para follármelos, porque yo no me imagino follando con un tío; sin embargo, me encuentro al cabo de los años a un amigo que lo conocí en el colegio y era bastante afeminado, y este tío me contaba que no paraba de follar con los curas. Había un tío que a mí me gustaba mucho, que era seglar, pero hermano salesiano, que era yugoeslavo; me atraía, era peludo, (a mí siempre me han atraído los tíos peludos), tenía pelos en las manos y los brazos…, pero sin pensar que yo podía estar en la cama con él. Yo en todas estas cosas estaba “in albis”. Termino reflexionando: es como si no hubiésemos ido al mismo colegio; porque, entonces, no me contaba las aventuras que tenía. Nosotros nos volvemos a encontrar en el estudio de un pintor amigo nuestro, nos saludamos y nos contamos todas las aventuras del colegio. Él se reía y se burlaba mucho de mí.

Mis amigos pensaban que mi homosexualidad era una actitud, muy de moda entonces. No me veían como homosexual porque consideraban que un homosexual tenía que ser afeminado.

Benvingut a Barcelona

Yo vengo a Barcelona a los treinta y ya tenía una vida recorrida bastante potente. No es que yo estuviera allí en ningún armario; tuve un novio noruego cinco años, un guardia civil tres años…

Vine de inmigrante, pero no para buscarme la vida, aunque sí en el fondo para buscarme la vida.
Aquí hay muchos homosexuales encubiertos. Es aquello que te decían: “en la calle si me ves no me saludes”; hay gente que lo hace porque le gusta follarse un culo y, a veces, es más fácil un culo de hombre que de mujer.

En Sevilla donde se ligaba era en los cines. El cine Carretas en Madrid era un cine totalmente especializado. En Sevilla estaba el cine Coliseo. Yo vine a Barcelona y el cine Arnau era apoteósico; una vez me echaron con un tío que era marinero y me llevó a su barca y quería que fuera su novia para toda la vida. Y me dijo que si no era su novia me rajaba. Anarcoma primera parte es un poco una historia así.
La vida que relata Genet es muy parecida a la que puedo relatar yo, en un entorno y unos sitios… Cuando él habla de un váter público, un váter público de una estación de Pasolini, o un váter público de Piccadilly –donde a mí me detuvieron- o un váter público de Sants, son váteres públicos donde sigue habiendo el mismo tipo de chulo que va a que le vea la polla el mismo tipo de viejo, donde va a que le coja la polla por 5 o 10 euros. Esto es intemporal. Los váteres públicos que describía Genet, de cuando los destruyeron con todos los mariquitas y travestis, me imagino que es una concesión poética.

Yo no escandalizaba porque la gente que se escandaliza es de una clase social. La clase baja, la clase obrera -como la clase alta- no se escandaliza; es la clase media y una clase media baja que es la que realmente lleva la batuta del rollo tradicional conservador de semana santa en Sevilla y fallas en Valencia.

Ocaña y Los Ocaña

Qué iba a hacer un Ocaña hoy en las Ramblas. Antes se meaban de la risa cuando les enseñaba el culo, ahora le echarían monedas. Antes no estaba penado que te pudieses pasear desnudo; había un tío que se paseaba con la polla fuera –tenía una polla enorme- sin embargo, hoy en día, está relegado a la playa nudista, que ya la querían quitar porque está al lado de un hotel.

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Montse, Ocaña y Nazario

Un Ocaña nuevo no podría existir porque el ambiente y el público no es el mismo. El tipo de provocación sería otro y la censura es igual o peor.

Barcelona y las Ramblas han cambiado mucho, pero ha sido progresivo, no ha sido de golpe. Las pre-olimpiadas, las olimpiadas. A todos los niveles se sufrió mucho cambio.

Gil de Biedma era una onda de mariconeo muy diferente de la de Ocaña y la nuestra. Terenci era una cosa más allegada.

En las primeras manifestaciones gay, que echaron a Ocaña, hubo mucho problema al principio porque se quería, un poco, relegar a los mariquitas a un segundo plano para que la gente viese que un maricón es una persona normal, pero entonces se discriminaba a la mariquita como anormal. En las jornadas libertarias, algunos de la CNT pusieron pega a que fuésemos vestidos –el primer día bien, el segundo también, pero al tercero pensaron que ya se estaban pasando esos maricones.

Una mirada transgresora

El libro de Nazario íntimo es un libro potente, el mejor papel para este tipo de dibujo, la acuarela es inmejorable, la relación que hizo Mariscal… Supe que este libro podía ser un problema porque en la tienda de comics -no es un libro de comic- va a ser difícil y en la librería normal también es difícil porque tiene mucha ilustración.

Por ejemplo “Mujeres Raras” ya hace tiempo que está agotado y no hay ningún editor que lo quiera editar y “Alibabá y los 40 maricones” pues no es una cosa que se venda como rosquillas… Un maricón estándar preferirá tener un libro de “König” –el alemán- que Alibabá porque ya el título suena chocante. Hay gente que todavía no tiene asimilado que la palabra maricón es tan válida como la palabra gay.
El marido de La Fernanda, que es del pueblo de Ocaña, dice que él no es maricón, que es gay y yo siempre he pensado que él piensa que es gay porque se considera menos maricón que siendo gay, aunque cualquiera que esté al lado de La Fernanda es mucho más macho.

Cuando una galería de Madrid me propuso hacer una exposición no tuve ni puta idea. No estaba dispuesto a hacer una viñeta en grande del estilo de Liechtenstein, eso era como hacer un comic en grande. Yo quería hacer otra cosa… esto de la cala fue vía Mapplethorpe, porque a mí la cala me resultaba erótica y fálica. La cala que pinta O’Keeffe es totalmente erótica. Y por otro lado la muñeca es la mujer como objeto. Yo, a veces, me siento muñeca con mi novio porque me usa; lo que pasa es que yo no lo considero insultante porque me gusta ser usada y me dejo usar. Yo me encontré una muñeca en las bolsas de mi casa, entonces decidí usarla por el morbo de la muñeca, por el morbo de los miembros articulados que eran fálicos y después por esta cosa erótica de una mujer que no es mujer o una representación falsa de una mujer como pueda ser un transformista. Un transformista intenta parecer una mujer sin serlo.

Cuando pones algo artístico en un sexshop no tiene éxito; la gente va a un sexshop a lo que va. Cuando estaba Anarcoma en los sexshop la gente lo miraba como diciendo “esto qué hace aquí”.

Yo no soy reportero de ir con la cámara haciendo fotos, pero tengo una buena ventana y una buena cámara con un buen zoom. Soy muy observador y estoy al tanto de lo que ocurre en la plaza, así que he hecho ciertos vídeos de 2 o 3 minutos: yo sospecho que un tío puede quitarse los pantalones y meterse en la fuente, así que yo grabo. Lo que hago es una cacería. Hice en un pueblo una exposición de fotografía y video que se llamó “. Un francotirador enamorado”. Desde mi ventana busco la anécdota, la gente rara, la evolución de la gente que viene aquí hace años.

La escritura y la pintura siempre han ido paralelas. Con 14 años ya empiezo mi primer diario. Una persona a la que le gusta leer termina escribiendo algo. Con 16 y 18 años escribía teatro, novelas cortas, muy endebles, pero… Llega un momento que descubro el comic que me gusta, no el de aventuras, y cuando leo la revista Mad quise hacer comic de la vida cotidiana, fumando un porro… Yo escribía el guión con sus diálogos. Una historia con un guión cojo, para mí, es mala por muy bueno que sea el estilo gráfico.

Ahora estoy exclusivamente dedicado a escribir mis memorias. Tengo la tercera parte de Anarcoma apartada, aunque la tengo estudiada…

Si hicieran un museo del comic yo tendría problemas con mi obra, al ser el museo para niños. Además que un museo del comic está muy bien, pero lo veo un poco gueto. Es como si un Crumb estuviese relegado a museo del comic, cuando los museos de arte moderno se dan de tortas por él. Aquí hay una incultura bastante inculta, como muy provinciano todo, como muy de pueblo, quieren lo que está de moda… Lo más caro es lo más bueno.

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Detalle sobre obra de Nazario

Y qué nos queda hoy?

Como en Montjuïc, coche para acá coche para allá. Hoy en día los cuartos oscuros están de capa caída. A mí los bares de homosexuales no me gustaban porque me gustaban los machos. Me gustaban más los bares antiguos, como el bar Kike en los ochenta, con Paca la Tomate que actuaba, fregaba y servía las copas.

Una cosa que me maravilla, y siempre lo diré, es la sociedad. Yo, por ejemplo, en mi pueblo con 400 habitantes hay 3 o 4 parejas gay viviendo y en el bar están jugando al dominó y todos se relacionan con ellos como personas, pues muy bien. Y luego en la cama que hagan lo que quieran. Eso antes hubiese sido escandaloso.

Para mí no hay homosexual y heterosexual sino que hay persona sexuada y no sexuada.

De pronto me viene el hermano de Ocaña que había estado en Irán y me dice: “fíjate si están atrasados que les pagan las operaciones a los hombres que se quieran hacer mujer” Y tanto, así se quitan a los maricones de en medio. La convierten en mujer, la tapan con un velo y ni mujer, ni hombre, ni maricón, ni nada. Y ahí está oculta. ¿Qué gracia tiene que yo me haga mujer y no me vea nadie?
La palabra maricón, para mucha gente, es chocante, como si fuese insultante, y para mí la palabra maricón es una palabra tan noble, y mucho más que gay. Como si ser gay fuera más leve. Para mí la palabra maricón es más contundente, es un homosexual que folla con tíos, que si tiene pluma tiene pluma y si no da igual. Está mal que la palabra maricón esté mal vista porque es una palabra totalmente reivindicativa, lo mismo que pueda ser la palabra judío o negro. Como aquellos que les da corte decirle negro a un negro. “Es una persona de color” es totalmente racista.

Lo transgresor no tiene por qué ser erótico. En Valencia solamente la obra del equipo Crónica, más transgresor imposible, aunque a Valencia le pega un rollo transgresor erótico, porque hay mucho erotismo en el rollo de las fallas.

“Alibabá y los 40 maricones” lo sacaron de contexto, por eso se eliminó de educación a la ciudadanía.

Todo es una evolución: youtube es una evolución, los turistas en las Ramblas es una evolución, la imposibilidad de que surja un Ocaña es una evolución, el puritanismo este que viene de Estados Unidos y esta especie de censura… Todo se irá, cada vez un poco, extremando. La extrema derecha, cada vez, será más extrema derecha, la extrema izquierda no será ni izquierda ni cojones… y cada día tiende a haber más tolerancia y, a la vez, más grupos racistas. Esto es un poco la evolución, que pasa en Barcelona, en Valencia, en Madrid y en cualquier ciudad.
CANIBAAL

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