Entrevistas

Filosofía jurídica y desobediencia civil: entrevista a Francesco Biondo

La Revista Canibaal ya tuvo hace poco la oportunidad de disfrutar del profesor italiano, especialista en filosofía política y del derecho, Francesco Biondo. Fue con ocasión de una de las sesiones de «Literatura & Alcohol», el mítico ciclo que Canibaal mantiene en Slaughterhouse, el matadero valenciano de Kurt Vonnegut. El profesor de Palermo nos ilustró allí sobre los límites y las complejas aristas de la libertad de expresión y la sátira política.

Hemos vuelto a él con ocasión de la reciente publicación de su libro Desobediencia civil y teoría del derecho tomar los conflictos en serio (Centro de Estudios Constitucionales, 2016). El tema de la desobediencia civil tal como lo trata Biondo no permite que Canibaal cierre la mandíbula sobre él. ¡Tan profundo y vasto es! Debemos limitarnos aquí a remorder la periferia, masticar con sabiduría las plumas, los restos de huesos y las pieles.

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Pregunta Revista Canibaal: Profesor Biondo, ¿qué relación se da de hecho entre el derecho y la justicia y cuál sería la situación ideal?

 

Depende de lo que se entiende por “derecho”. Mientras no nos parece difícil entender que una determinada norma jurídica, que es una instanciación de lo que llamamos “derecho”, puede ser injusta, por el contrario si hablamos de “derecho” como “orden jurídico” nos parece raro, o moralmente intolerable, que sea en su conjunto “injusto”. Y no sólo porque somos seres que queremos vivir en un mundo grosso modo justo (aunque no estamos de acuerdo en qué significa “justicia”), sino que un sistema jurídico en su totalidad injusto es muy ineficiente, necesita de una dosis de violencia y control enorme y además esta violencia y control deben ser legitimadas, es decir presumir de ser “justas” o “necesarias”. Pensamos en la Corea del Norte hoy, o antes en la Alemania nazi y en el estalinismo.

Que sea posible una situación ideal acerca de la relación entre derecho y justicia, no lo creo. Es decir, cada institución humana tiende a realizar sólo en parte el patrimonio de valores sobre los que presuntamente se rige. Y es positivo que sea así, desconfío de toda realización del “paraíso en la tierra”.

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Pregunta Revista Canibaal: ¿Qué es la desobediencia civil? ¿por qué le ha interesado tanto, al punto de sacar un libro que tiene aspecto de haberle costado muchas lecturas, reflexión y esfuerzo?

Digamos que como todo intelectual asalariado tengo que encontrar un tema que no sea tan estudiado, pero que sea lo suficientemente interesante por mi comunidad, y sobre que se pueda escribir algo original. En el caso de la desobediencia civil se encontraban, a mi juicio estas condiciones y empecé a estudiarlo. Tenía que acordarme, sin embargo, de un dicho de gran sabiduría: “escribir algo original sobre el tema de la obediencia a la ley es siempre signo de error”. Es decir, después de Platón es difícil decir algo nuevo sobre el tema, yo lo he intentado, y espero de haberlo conseguido. De todas formas el tema se puede re-interpretar según las condiciones históricas. Siempre ha habido gente que ha creído que lo que hacía era justo independientemente de lo que el derecho establecía. Mi intento es actualizar este problema hoy, cuando se afirma que el Estado constitucional es la forma más alta del ideal del derecho “justo”. Lo que escribo es que no sólo en Estados con instituciones cómo la esclavitud cabe la desobediencia civil, sino que este fenómeno es parte de una “lucha por los derechos”, lucha que, si tiene éxito, amplía el catálogo de los derechos.

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Pregunta Revista Canibaal: La gran mayoría de los lectores Canibaales son legos, pero la nuestra es una revista, que se dedica también al pensamiento, tiene un ánimo ilustrado y les queremos emancipar, culturalmente hablando: ¿hay casos en los que se puede desobedecer al derecho? ¿cuáles? ¿nos podría poner algún ejemplo?

Más que casos en los que se puede desobedecer, siempre enfrentándose con el riesgo de sanción, me gustaría indicar dos casos históricos. En primer lugar, en España es bien conocido el caso de la insumisión de masa al servicio militar. En los años ochenta la insumisión era la tercera causa de encarcelamiento. No es una casualidad de que un movimiento tan extenso haya producido una reforma legal.

En segundo lugar, en Italia el reconocimiento de derechos sindicales a los miembros de la Polizia (es decir vuestra Policía nacional) ha sido el precipitado de una masiva estrategia de desobediencia civil con miles de policías que violaban normas de ley que, por otra parte, eran en contraste con la Constitución. Sin hablar del hecho de que Martin Luther King ha ejercido desobediencia civil y ahora es celebrado con un día de fiesta nacional. Es decir la desobediencia civil ha estado en muchas ocasiones una oportunidad de producción, o abrogación, de normas legales.

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Pregunta Revista Canibaal: Muchos lectores de la revista Canibaal nos han preguntado por las posibilidades de detener a Trump, pero muchas de las sugerencias que nos hacen llegar no son legales (desde un punto de vista penal). Nosotros somos más partidarios de amenazar al modo del soldado Jacques Vaché: «detened la guerra o me pego un tiro». Escuchándole, creo que podríamos ser partidarios de la desobediencia civil para pedir, por ejemplo, la paz ¿es eso posible? ¿cabe la desobediencia civil en relación con las órdenes de un presidente belicoso explícitamente machista y xenófobo?

No sé cómo enfrentarse a Trump a través de estrategias de desobediencia civil. Y no sería honesto decir algo al respeto cuando yo no paso ningún riesgo de sufrir consecuencias jurídicas. Sin embargo un rápido vistazo acerca de la historia de la guerra del Vietnam nos hace percatar que una de las consecuencias de actos de desobediencia, como la difusión ilegal de los Pentagon Papers por parte de Daniel Ellsberg, ha sido un importante cambio legal acerca de los poderes presidenciales en cuestiones de guerra, poderes que se han restringido a favor del poder de control del Congreso.

Por otra parte, aunque es cierto que el movimiento en contra de la guerra finalmente ha ganado, no hay que olvidar cuántas personas han sido condenadas o han sufrido secuelas permanentes, o han sido asesinadas, durante los altercados con la policía. Cada uno debe siempre evaluar los riesgos de enfrentarse a los poderes públicos.

Revista Canibaal: Nuestra publicación está enseñando, desde hace poco, un colmillo filosófico. Nos interesa mucho el pensamiento social y político, por eso a nuestro próximo doble leit – motiv, «Arquitectura y terror» le queremos dar un enfoque crítico desde esos parámetros. Hablaremos de muros, de urbanismo, de derecho a la vivienda, de los parias de Bauman, del terror de la guerra, y no sólo de Allan Poe y Boris Karloff. Les estamos pidiendo a artistas, pensadoras y escritores una relación de las 10 cosas que más les aterran, incluyendo aspectos sociales, culturales o económicos del futuro. ¿Cuál sería su listado?

 

Para entenderlo habría que repasar un libro (Hagan sitio, hagan sitio, de Harry Harrison), del que han hecho una película (Cuando el destino nos alcance, con Charlton Heston). Se trata de una película distópica, ambientada en 2022 (por lo tanto después de la primera presidencia Trump) en el que se imagina la ciudad de Nueva York con 40 millones de habitantes que viven hacinados en condiciones de extrema polución. Los estudiantes van a visitar el único árbol sobrevivido del Central Park en un invernadero en cuanto la atmósfera se ha vuelto dañina para los vegetales. Para reducir el estrés al ambiente se propone a todos de entrar en un aparato eutanásico (llamado “el hogar”) que permite probar todas las sensaciones placenteras deseadas. Al lado de esta multitud, una extremadamente reducida élite vive consumiendo los últimos recursos naturales de un planeta moribundo y organiza un sistema de venta de dos tipos de alimentos: soylent rojo y soylent amarillo. Sin embargo los recursos escasean y se introduce un nuevo alimento: el soylent verde, que supuestamente es un derivado del plancton. Sin embargo el héroe descubre una horrible verdad…pues bien esta es mi pesadilla, y el 2022 no está tan lejos.

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