«Cine e inmigración en la gran manzana» por Yolanda Mclellan
El séptimo arte refleja el declive del sueño americano
por Yolanda Mclellan
«Creadores españoles del mundo del cine en Nueva York se embarcan en interesantes proyectos que dan voz a las protestas sobre los actuales problemas de inmigración en Estados Unidos. La gran manzana cuenta con numerosos profesionales del cine español, realizador@s, productor@s y montador@s que están creando proyectos socialmente comprometidos, según demandan los tiempos que corren. La ibicenca Carmen Vidal, residente en Nueva York desde hace más de 10 años, es guionista, realizadora y directora de fotografía. Sus cortometrajes han sido exhibidos en el Museo de Arte Moderno de Nueva York y la cadena de televisión ARTE. Fue ganadora de un Student Academy Award® (equivalente a un Oscar para estudiantes) por el corto «6 a.m.». Es ganadora de seis NY Emmys Awards® por su trabajo como productora en el magacine televisivo “Nueva York” (CUNY TV), una recopilación de entrevistas a latinos del mundo de la cultura en Nueva York que busca empoderar e informar a la comunidad latina. Es también co-productora del contenido audiovisual para «Sonic Trace», un proyecto híbrido de radio pública, documental digital y redes sociales que busca la difusión de las historias personales de los inmigrantes latinoamericanos en Los Ángeles.
Otro profesional establecido en la ciudad de los rascacielos es el realizador Alex Lora ganador de un New York Emmy award, cuyas obras han sido proyectadas entre otros, en el festival de cine de Sundance. También ha sido nominado a la categoría de Mejor Cortometraje Documental de los Premios Goya 2018 por “The fourth kingdom” (dirigido junto al cineasta Adán Aliaga). El documental se adentra en un centro de reciclaje de Nueva York para inmigrantes y personas necesitadas donde el sueño americano aún es posible. La catalana Elia Gasull montadora afincada en NY acaba de estrenar un documental en la última edición de Sundance, los derechos fueron rápidamente adquiridos por la plataforma de cine independiente Oscilloscope. Estrenado inicialmente en Cannes el pasado mes de Mayo bajo el nombre de “Promised Land”, más tarde se re-estrenó en Sundance con un montaje diferente, como “The King”. Grandes referentes culturales internacionales como Indiewire, The Guardian o Hollywood Reporter han publicado críticas positivas sobre un concepto que tenía intrigado a muchos. El director del film Eugene Jarecki se embarca en un roadtrip que recorre los lugares clave en la vida de Elvis: Tupelo, Memphis, New York y Las Vegas. Este viaje transcurre durante las elecciones más recientes construyendo un paralelismo narrativo entre el declive de Elvis y la muerte del sueño americano. Co-producido por Ethan Hawke cuenta con las apariciones de estrellas consagradas como Alec Baldwin, Rosanne Cash, Chuck D (con un directo fantástico en el asiento de atrás del coche de la mítica canción “Fight the power”), Emmylou Harris, Van Jones, Mike Myers, Dan Rather, John Hiatt, Lana Del Rey y Ashton Kutcher. El director en su entrevista con la periodista Aisha Harris declaró “En primer lugar, es una encarnación del capitalismo que destruyó a Elvis Presley porque Donald Trump es una encarnación del dinero como prioridad absoluta sobre cualquier otra cosa.”
– Parece que The King ha tenido un recorrido narrativo muy interesante, estrenada en Cannes con un nombre y un montaje y en Sundance con otro. ¿A que se debieron los cambios?
El montaje de la primera versión de THE KING se terminó durante los primeros meses del 2017, estrenándose en mayo en el Festival en Cannes. El documental se había rodado durante el 2016, coincidiendo con la última campaña electoral de los Estados Unidos.
Después de los primeros meses de Donald Trump en la Casa Blanca, el director – Eugene Jarecki – sintió la necesidad de adaptar el corte de la película a la nueva realidad y modificar el título del film, pasando de llamarse “Promised Land” a llamarse “THE KING”. Creo que el título del documental ahora es más descriptivo, resalta la figura de Elvis y conecta con todo un imaginario colectivo que ha trascendido a varias generaciones.
-Las críticas hablan de un documental, original a la par que caótico y espontáneo, ¿cuales han sido los retos a la hora de editarlo?
El Rolls Royce que Elvis adquirió el 1963 se convierte en un pequeño estudio que recorre el país en este road trip musical empezando por Tupelo (Mississippi), pasando por Memphis, Nashville, Nueva York, Los Ángeles y Las Vegas. La mayoría de entrevistas y actuaciones musicales se rodaron en el interior del coche y casi siempre en movimiento. El principal reto fue encontrar un lenguaje narrativo que nos permitiera crear consistencia entre elementos muy diferentes. A parte de todo el material de rodaje teníamos cientos de horas de material de archivo sobre Elvis y sobre América. Cómo articular un discurso coherente fue lo más complicado. El resultado es un retrato caleidoscópico de Elvis y de América que invita a la reflexión y no deja indiferente a nadie.
-Hay un gran número de profesionales del mundo del cine que están tratando de visibilizar la situación de los inmigrantes a través del cine. ¿Cómo puede el cine independiente influenciar al público?
Creo que muchos de los inmigrantes que nos dedicamos al cine en este país vivimos como una convicción y un compromiso el hecho de involucrarnos con proyectos que exploren esta temática. El hecho de haber pasado nosotros mismos por la experiencia hace que nos sensibilicemos mucho más con las vivencias de otros, especialmente si son situaciones injustas e ignoradas. El cine, y el género documental en particular, puede llegar a desvelar realidades desconocidas e incluso incómodas y a veces consigue impulsar cambios. Una sociedad sana tiene que ser capaz de cuestionarse a sí misma si quiere seguir avanzando y en Estados Unidos quedan muchas historias por contar y muchas preguntas por resolver.
-¿Cuales son las diferencias más destacadas a la hora de trabajar en Estados Unidos en contraste con España? A parte del volumen de trabajo, supongo…
Las principales diferencias son los recursos y la diversidad de oportunidades. El mercado americano realmente funciona como una gran industria y produce todo tipo de productos audiovisuales. Muchos de ellos se acaban distribuyendo internacionalmente y esto hace que sea más fácil financiarlos. Estados Unidos ha conseguido crear una fórmula rentable que ha sabido vender al resto del mundo. El mayor acceso a recursos privados y el no depender de financiación pública hace que el arranque de los proyectos sea más rápido. El mercado es más competitivo pero también ofrece más oportunidades y valora el talento por encima de todo, independientemente de donde vengas.
-¿Qué proyectos te ilusionan más? ¿En qué estás trabajando ahora?
Me ilusiona y me inspira participar en proyectos que tengan la ambición de experimentar con diferentes narrativas cinematográficas. En estos momentos estoy montando un largo documental sobre Halston, el diseñador de moda americano, dirigido por Frédéric Tcheng (Dior and I). El filme explica la historia del primer diseñador de alta costura norteamericano encumbrado por las elites europeas del mundo de la moda.»