Descripción
Escribe Rafael de Luque Esteban: «Sigue faltándome aire. Abro la ventana, miro alrededor. El mundo se manifiesta distópico en su profundidad, cercano al caos, subrepticio, quedo, a fuerza de esconderse; pero con la capacidad de surgir por entre las oquedades y las fisuras del ser y del todo que nos envuelve. Es entonces cuando he de decidir. Decidir sobre el tedio y la costumbre, sobre la responsabilidad inculcada, sobre la comodidad de no preocuparse. Decidir sobre la ética, la sexualidad o la individualidad, cuyo peso me causa vértigo; pero también me hace buscar en unos y otros el resquicio que nos ayude a seguir viviendo.
»Los relatos de Casa Heredada transmiten un delicioso ritmo, enriquecido por una plétora de imágenes donde se habla de ausencias, deseos y olvidos, de cerraduras; pero también de ventanas y muros derribados, a través de unas descripciones tan sutiles y fugaces como llenas de impacto y significación. A menudo, personajes referenciales, féminas en su mayoría, irrumpen en la vida del protagonista, creando embates emocionales que van haciendo penetrar las historias con unos personajes que deberán situarse ante el mundo y decidir si se dejan llevar o buscan en «los seres próximos algo del oxígeno» que no tienen.»
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