Jürgen Schadeberg siempre. Por Ximo Rochera
Una imagen lo dice todo; aquello que ves en la imagen y también lo que está escondido tras el negativo. Es fácil ver a Nelson Mandela observar meditando a través de los barrotes –aquellos que fueron que fueron durante años parte de su morada y su celda en el penal de Robben Island– el devenir de Sudáfrica.

Sin embargo, detrás de una fotografía, de esta fotografía, hay mucho más: Una lente que forma parte de una cámara, que es la extensión de un brazo y la mente de un artista –Jürgen Schadeberg, (Berlín, 1931)– y todo su recorrido como persona, desde Europa hasta África, desde África hasta Europa.

En 2018 tuvimos el honor, y el placer, gracias a Juan Pedro Font de Mora (Railowsky) y a José Ramón Alarcón y Merche Medina (Makma) de conocer los ojos que hay al otro lado de la lente. Su mujer, Claudia, nos recibió con una sonrisa sincera y un té con pastas. Jürgen conversó con nosotros de arte, de color, de vida…

Nos atrevimos a tomar unas fotografías, aun sabiendo que hacerlo era una osadía. Estábamos un poco nerviosos, Pero Claudia y Jürgen eliminaron la tensión con humildad. Con esa fotografía finalizaba la entrevista que José Ramón Alarcón, Merche Medina y yo mismo (Ximo Rochera) le hicimos en 2018 en su casa de Barx para el número 10 de la revista Canibaal.

Hoy me llamó Merche para decirme que Jürgen había fallecido y la fotografía que guardo en mi archivo mental me ha dirigido a la libreta y al lápiz (así he escrito este texto). He recordado, como si hubiese estado con él, su periodo en la revista Drum, sus paseos diarios con sus cámaras por Sophiatown, su visión vital anti-apartheid; allá donde estuviese, allá donde esté. Una vida dedicada al arte y a la justicia social.

